
El dispensador de terracota, utilizado en la norteña ciudad de Fornaci di Briosco, funciona como un dispensador automático de jabón de los lavabos públicos, un feligrés pasa sus manos bajo un sensor y la máquina expele agua bendita.
El padre Pierangelo Motta ha señalado que la máquina "ha sido una pequeña novedad. Inicialmente la gente estaba impactada por esta innovación tecnológica, pero luego la recibieron con gran entusiasmo y alegría. Los miembros de esta parroquia se han acostumbrado".
Los católicos que entran y salen de las iglesias habitualmente mojan sus manos en fuentes llenas de agua bendita, que ha sido bendecida por un sacerdote, y luego se persignan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario