
Aun así, la normativa no ha influido en la disminución del consumo de tabaco. La exposición al humo se ha reducido el 60% en la Administración pública y el 97% en pequeñas y medianas empresas. En bares y restaurantes, sin embargo, es casi la misma que antes de la ley, por lo que el análisis hace especial hincapié en el millón de trabajadores de la restauración que todavía tienen que soportar las consecuencias del humo de sus clientes (sólo el 15% de los locales prohibieron fumar en su interior). Los sindicatos UGT y CC OO proponen que la exposición al humo sea considerada un riesgo laboral.
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