25º ANIVERSARIO Colegio "Villa de Griñón"

miércoles, 27 de octubre de 2010

¿Cómo se usa un desfibrilador?

No hace falta ser un profesional para usarlo. "Están pensados para que cualquier persona lo pueda utilizar. Sólo hay que mantener la calma y seguir sus instrucciones", señala Julián Pérez-Villacastín, secretario general de la Sociedad Española de Cardiología y jefe de la Unidad de Arritmias del Hospital Clínico San Carlos de Madrid. Pese a esto, la normativa de algunas comunidades autónomas establece que sólo debe ser personal debidamente entrenado quien emplee estos aparatos.
Según explica este especialista, detrás de gran parte de desvanecimientos repentinos como el que sufrió García está un tipo de arritmia muy grave: la fibrilación ventricular. Este trastorno, que genera un caos eléctrico en el corazón, puede resultar mortal si no se controla con rapidez.
"Para este problema no hay tratamientos farmacológicos. La única manera de volver a poner en marcha ese corazón es darle una descarga eléctrica", explica Pérez-Villacastín. Y, para conseguirlo, el tiempo es clave. "Cada segundo es fundamental porque, una vez superados los siete minutos desde el inicio de la arritmia, las probabilidades de que las personas sobrevivan y no tengan daños cerebrales disminuyen muchísimo", subraya.
Los riesgos de usar un desfibrilador son mínimos, recuerda este experto, ya que, en los casos en los que no exista una arritmia y la pérdida de conocimiento se haya producido por otras causas, el aparato no permitirá generar un choque eléctrico.
El aparato, insiste el especialista, "es el que va a ir indicando los pasos. Es él quien lo hace todo".
En primer lugar, el dispositivo recuerda la importancia de llamar al teléfono de emergencias. Seguidamente, señala la necesidad de descubrir el torso del paciente, asegurándose de que está seco y, eliminando, si es el caso y siempre que sea posible, el exceso de vello.
A través de indicaciones gráficas, el aparato señala el lugar idóneo para colocar los electrodos y, después de realizar un análisis del ritmo cardiaco, permite o impide la realización de la descarga eléctrica.
"Es muy sencillo y puede salvar muchas vidas", subraya Pérez-Villacastín.

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